martes, 24 de mayo de 2016

Recomendado: Tantos animalitos muertos

Las colecciones  de libros de los Paraderos Paralibros Paraparques rotan cada año y en algunos casos la estructura del PPP cambia.La siguiente reseña pertenece al PPP Unipanamericana, que ahora se ubica en el Parque Acevedo Tejada. 

Tantos animalitos muertos



Por: María Angélica Plata
Ex - Promotora de lectura PPP Unipanamericana

Autor: Ulf Nilsson
Ilustradora: Eva Eriksson
Traducción: Maja Bentzer y Sergio Peña
Editorial: Ediciones Castillo
Ciudad: México
Año: 2010

 Reflexión previa

Durante mucho tiempo la muerte fue un tema tabú en la literatura infantil: por considerarse inadecuado o nocivo, simplemente no se nombraba. Recordemos que existe la creencia de que, si no se nombran y permanecen en la sombra del silencio, las cosas no sucederán, no se materializarán... Actualmente, el reconocimiento de que los temas que han sido considerados tabús en la literatura infantil deben ser nombrados e ilustrados tiene más acogida en autores e ilustradores (así como en lectores que acompañan y guían los procesos de lectura de los más pequeños: madres y padres, promotores/as, pedagogos/as, etc.), y es posible encontrar maravillosos libros, pensados para el público infantil, que desmitifican prejuicios, imaginarios y estereotipos construidos sobre estas cuestiones complejas, pero que hacen parte de la vida. El pato y la muerte, de Wolf Erlbruch o La abuelita de arriba y la abuelita de abajo, de Tomie de Paola, son valiosos ejemplos de historias que abordan el tema la muerte con sencillez. Tantos animalitos muertos, de Ulf Nilsson y Eva Eriksson, es otro de estos —razón por la que, cuando llegó al paradero, con el cambio de colección, tomé la decisión de reseñarlo, de compartirlo con los visitantes de este blog.



El pato y la muerte, de Wolf Erlbruch

El temor a lo desconocido, la consciencia de la muerte y la vida (que continúa)

En Tantos animalitos muertos desconocemos el nombre de quien narra la historia: solo sabemos que es un niño pequeño y temeroso, que le tiene especial miedo a la muerte y al que le gusta escribir poemas. La historia comienza el día en que Ester, más grande y valiente que nuestro narrador, encuentra un abejorro muerto y, para vencer el aburrimiento, propone enterrarlo. Juntos preparan la ceremonia y piensan en la cantidad de seres que necesitan la colaboración de niños buenos como ellos, así que, con la ayuda de Pepe, el hermano menor de Ester, deciden buscarlos y abrir una agencia funeraria. Como buen equipo, se dividen las tareas: Ester cava y entierra, Pepe llora, y nuestro narrador que es virtuoso jugando con las palabras escribe poemas. Preciosos poemas como este:

Descansa en paz,
descansa unos momentos,
que nos veremos pronto un día,
todos contentos.


En las ceremonias, desde la ingenuidad, el juego, la sorpresa o la perplejidad, los protagonistas de la historia se enfrentan a la consciencia de la muerte: lejana o familiar, descubren que existe y que es parte de la vida, que es un tránsito más: "—[...]Pero la vida tiene que seguir", reconoce Ester. Y, para los tres amigos y para sus lectores, la vida continúa.
En el paradero, además de esta historia, todo aquel que se interese podrá encontrar otros dos títulos que tratan el tema de la muerte: Nana vieja, escrito por Margaret Wild e ilustrado por Ron Brooks, y Sapo y la canción del mirlo, de Max Velthuijs. (Libros aún disponibles en el PPP Acevedo Tejada).


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