sábado, 3 de septiembre de 2016

Experiencias y Reflexiones


En los Paraderos Paralibros Paraparques se realizan actividades mensuales de Libro Al Viento. En el mes de Junio se realizaron actividades con el libro El castillo de Otranto; hoy compartimos una reflexión que habla de esta actividad en el PPP de Arborizadora Alta  

ACTIVIDAD DE LIBRO AL VIENTO EN ARBORIZADORA ALTA

Por: Daniel Briceño
Promotor de lectura PPP Illamaní

El miércoles 8 de junio se realizó la actividad Libro al viento en la PPP del parque de Arborizadora Alta. La actividad giró alrededor del libro El castillo de Otranto, obra de terror que se encuadra en los orígenes de este género literario y que marca pautas de lo gótico, así como del puritanismo religioso de los maestros civilizatorios de Europa occidental, también llamada “accidental”.

La participación a la actividad 
pudo ser más alta, pero se desarrolló en un día entre semana, con cargas académicas y clases en los colegios del sector. Se logró un debate ameno y divertido alrededor de lo que produce miedo: los asistentes contaron historias del folclor barrial, de herencia campesina o de pueblo, así como narraciones de las nuevas tendencias prestadas por los medios de comunicación, el internet y uno que otro texto eminente del género.

Fue posible abordar los intereses juveniles en el terror, gracias a la novedad que, aunque suene raro, esta vieja forma narrativa y sus vínculos invisibles e imborrables con el mundo humano. Algo que efectivamente es propio del homo sapiens sapiens (risas) y ha construido imaginarios tan poderosos como luces guía de sociedades enteras, el miedo al otro (especialmente si es bárbaro), la necesidad de asegurarse la protección y bienestar, el control o supervisión de los posibles adversarios, la perpetuación de nuestras tradiciones como manera de validar nuestras experiencias ante un porvenir siempre nublado y frío, en fin.

Procuré llevar a cabo la actividad sin más materiales que mi inventiva y lineamientos de la actividad. Considero de suma importancia permear a los oyentes, participantes y lectores de la simpleza de la lectura, su oralidad y gesticulación. No veo el apoyo logístico y de animación circense con buenos ojos, es algo que sirve tan sólo para entretener y crear limitaciones a quienes presencian, pues un títere, un teatro, una canción y muchos recursos más no son del agrado de todos o no son accesibles.

La lectura y metida en el cuento (con un libro, la voz y los participantes), hace ver que cualquiera puede hacer promoción de la lectura, así tenga voz desafinada, un rostro poco atractivo o pocas capacidades histriónicas. La lectura y el compartir de experiencias, saberes y proyecciones, atraen más público y seguidores que actividades que hagan olvidar el tan trillado mundo que se le adjudica a los sectores marginales. El arte libera, mas en la miseria, si tal cosa se puede corroborar. Los únicos recursos que quedan son intangibles, son imposibles de ser negados: son las herramientas que diferencian a quienes surgen del estereotipo, de quienes no lo logran por las posibilidades escasas.

Por ello la charla y el compartir fueron tan importantes en la actividad, porque más importante que soltar parrafadas cargadas de conocimientos académicos y puntuales de un texto, consiste en ser ese insecto transmisor de la letal enfermedad de la lectura y el hambre de conocimiento.

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